En 1850, el economista francés Frédéric Bastiat diseñó un famoso experimento mental a través del relato de un niño bullicioso que rompe la ventana del negocio de su padre. El comerciante desconsolado es consolado por un testigo que afirma que la ventana rota al menos proporcionará trabajo para un vidriero. Entonces, ¿hace eso del acto destructivo una forma de estímulo económico? En realidad, no. El comerciante necesita pagar al reparador, no hay una ganancia neta. Pero muchos sucumben a la "falacia de la ventana rota" al observar la economía actual.
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El fenómeno de Taylor Swift nos hace confundir actividad económica con creación de valor
Escrito el 26/07/2024
5 minutos
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