A finales del siglo XX, Estados Unidos consideraba el cifrado como un arma que no se podía exportar sin licencia, igual que misiles o barcos de guerra. En los años 90, cuando los programadores comenzaron a desarrollar herramientas para cifrar mensajes, el gobierno los investigó como si fueran traficantes ilegales de armas. Un caso emblemático fue el del libro "Applied Cryptography", que se permitió exportar, pero el disco que lo acompañaba fue considerado una munición controlada.
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Cómo las aplicaciones de mensajería cifrada conquistaron el mundo
Escrito el 08/09/2024
5 minutos
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