Por David Lancefield🖊️
Ser estratégico —es decir, hacer un conjunto coherente de elecciones para perseguir una ambición o meta— es una habilidad imprescindible para los líderes empresariales. Sin embargo, puede ser difícil de practicar, y las estrategias son notoriamente difíciles de diseñar y ejecutar. A menudo culpamos a los obstáculos organizacionales. Por ejemplo, la microgestión reduce el entusiasmo por intentar algo nuevo, los incentivos nos animan a mantener el statu quo y la mala comunicación dificulta saber en qué enfocarse.