“¿Puedes encargarte de este proyecto?” Sí. “¿Puedes liderar esta nueva iniciativa?” Absolutamente. “¿Puedes organizar el almuerzo del equipo?” Por supuesto.
Decir sí a todo puede parecer la forma más rápida de demostrar compromiso y valor en el trabajo. Pero esta tendencia tiene un costo elevado: afecta la calidad de tu trabajo y tu salud mental y física.
Esta fue mi experiencia cuando pasé de ser terapeuta a trabajar en operaciones clínicas en una startup de salud digital. Me sentía obligada a decir que sí a cada solicitud para demostrar mi competencia y dedicación. Sin embargo, con el tiempo, entendí que el exceso de tareas estaba afectando mi productividad y bienestar.