Por Lynn Wu y Sam Ransbotham 🖊️
En algún momento, todas las empresas enfrentan una verdad incómoda: los productos se vuelven obsoletos. No se trata de una fecha de vencimiento específica, sino de un punto en el que los líderes reconocen que una línea de productos necesita una renovación, incluso si aún es popular. Con los largos plazos de desarrollo de muchos productos modernos, no innovar para contrarrestar el sutil avance de la obsolescencia puede convertir a un líder en un rezagado.