Por The Economist🖊️
Durante la primera mitad del año, Arabia Saudita y sus aliados en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) parecían estar cavando un hoyo cada vez más profundo. Los precios del crudo, que superaron los $125 por barril durante gran parte de junio del año anterior, cayeron por debajo de los $85. Para frenar este descenso, impulsado por una menor demanda debido al débil crecimiento en China y al aumento de las tasas de interés en otros lugares, la OPEP siguió ampliando los recortes de producción que habían anunciado por primera vez en octubre. No obstante, los precios cayeron a $72 en junio, y el cartel vendía cada vez menos petróleo y por menos dinero.